UNIDAD DE POSTGRADO
Ensayo
sobre:
“Las Competencias del Profesor Universitario”
Producido por:
Kenia Margarita Paulino
Matrícula:
2012-4017.
Facilitador:
Doctor Estanislao De La Cruz.
Asignatura:
Práctica Docente Universitaria.
La Vega, R. D.
31 de agosto de 2013.
LAS
COMPETENCIAS DEL PROFESOR UNIVERSITARIO.
RESUMEN
Una enseñanza de calidad
puede lograrse cuando el desempeño del profesor en sus labores educativas
enlazan elementos esenciales para el logro
de unos aprendizajes de calidad; con alto sentido de eficacia y eficiencia.
Entre estos elementos están: conocimiento de la materia, desarrollo de
habilidades pedagógicas; capacidad perceptiva de atención sistemática; atención
individualizada; trato personalizado; motivador e innovador.
Los cambios en la sociedad global promueven
innovaciones en todo ámbito de la vida del hombre; por lo que el educador no
escapa a ellos y debe contribuir a
construir mejores y promisorios entes sociales que garanticen un futuro donde mermen los vicios y la
corrupción. Promover una educación
integral para todos/as, que promueva la igualdad
de condiciones y que provea los escenarios reales para la vida humana.
Las reflexiones sobre el
paradigma de la formación por competencias en la educación superior y el modo como
se ha gestado su diseño con los incesantes cambios y evolución del conocimiento,
del contexto y pertinencia cultural, avizoran nuevas necesidades de innovación
en los desempeños humanos que beneficien las cualidades y calidades
humanas en los sistemas de educación y sus niveles de intereses constitutivos.
Este nos lleva a reflexionar
sobre la necesidad de que cada
responsable del diseño curricular debe tener presente, para promover futuros
perfectibles al permanente movimiento, cambio y evaluación, retroalimentando
las identidades reales del quehacer profesional para ennoblecer la vida humana
y atesorar promesas que sustenten un mundo mejor.
Conceptos
Claves: Competencias – Formación Universitaria – Dimensiones de
Competencia del Profesor Universitario.
Por: Kenia Margarita Paulino
Salcedo.
COMPETENCIAS
Y FORMACIÓN UNIVERSITARIA
Introducción
A partir de los años 90 se ha iniciado un
importante debate sobre la necesidad de
llevar a cabo profundas transformaciones
cuantitativas y cualitativas en la educación superior como respuesta a las
nuevas demandas económicas, sociales y educativas. Aspectos tales como la
apertura de los mercados, la internacionalización de las economías, la
globalización y la diversificación de los sistemas productivos, reclaman a las
instituciones de educación superior formar graduados preparados para actuar en
un entorno cambiante, donde las competencias profesionales se presentan como
factores distintivos de la calidad de la formación.
Race (1998) plantea cuatro factores que interactúan y
están provocando un
cambio acelerado en el planteamiento de la
formación superior:
La explosión del
conocimiento: alta velocidad y cantidad de generación y a la vez, obsolescencia
del mismo.
La revolución en las
comunicaciones, caracterizada por una cada vez más
masiva presencia de
las tecnologías de la información y la comunicación en la enseñanza superior.
El rápido incremento
del conocimiento sobre cómo se aprende de una manera efectiva.
El fortalecimiento
(empowerment) del que aprende como consecuencia del
cambio de paradigma: de la docencia al aprendizaje.
“La adopción del enfoque de competencias en la
educación superior nace de la necesidad de responder más adecuadamente al
cambio social y tecnológico, como también a la organización del trabajo para
adaptarse al cambio” (Corvalán, O. y Hawes G, 2005).
La postura obliga a
replantear la formación superior, en pos de responder a los entornos cada vez
más cambiantes; la Rep. Dom debe desarrollar estrategias que permitan conectar
los procesos formativos y la actuación profesional.
El
Concepto Competencias
El permanecer en puestos de
trabajo que dignifiquen la realidad del hombre, compromete actualmente al mundo
educativo, y lo desafía a esbozar currículos que conjuguen saberes fundados
en la integralidad del ser persona.
Nacen, entonces, en la década de los
años 70, nuevas formaciones que estructuran saberes conformados por saberes
puros combinados en su ejecución, con la convivencia de trabajos mancomunados
para su mayor efectividad funcional y personal, surgiendo así el tema de las
competencias en educación.
Actualmente,
las competencias se entienden como actuaciones integrales para identificar,
interpretar, argumentar y resolver problemas del contexto con idoneidad y
ética, integrando el saber ser, el saber hacer y el saber conocer (Tobón,
2013).
En este caso, nos
referimos como competencias a todos aquellos comportamientos formados por
habilidades cognitivas, actividades de valores, destrezas motoras y diversas
informaciones que hacen posible llevar a cabo, de manera eficaz, cualquier
actividad.
Las competencias deben
entenderse desde un enfoque sistémico como actuaciones integrales para resolver
problemas del contexto con base en el proyecto ético de vida.
Las competencias son un
conjunto articulado y dinámico de conocimientos, habilidades, actitudes y
valores que toman parte activa en el desempeño responsable y eficaz de las
actividades cotidianas dentro de un contexto determinado.(Vázquez Valerio Francisco
Javier).
En todo el mundo cada vez
es más alto el nivel educativo requerido a hombres y mujeres para participar en
la sociedad y resolver problemas de carácter práctico.
Según la Organización para
la Cooperación y el Desarrollo Económico, competencia se define como:
“Capacidad para responder
exitosamente a una demanda, tarea o problema complejos movilizando y combinando
recursos personales (cognitivos y no cognitivos) y del entorno” (OECD, 2005).
La educación superior
universitaria ha resuelto la tarea de ser el pilar desde la formación de sus
bases educativas: generadores de nuevos formadores por competencias que
proveerán los cambios, desde la educación inicial, hasta pretender una
formación permanente necesaria para la vida de cada ciudadano.
Un enfoque de formación
basado en competencias responde por una parte a escenarios actuales donde quien
desempeña un trabajo, debe tener la capacidad de prever o resolver los
problemas que se le presentan; y por otro lado, responder a las investigaciones
sobre el aprendizaje y, por tanto, el enfoque formativo propone una
organización que favorece los aprendizajes significativos y duraderos.
Las universidades han de ser
entidades que certifiquen ser instituciones competentes desde sus currículos,
con cada uno de sus propósitos y agentes formadores. Tarea ardua, pero ya
consciente de elevar los rumbos en consonancia con una sociedad de integrantes
que la conforman y equilibran sus sueños con caracteres efectivos.
“Antes, la actividad principal del formador se
solía concentrar en la transmisión de los conocimientos técnicos. Con la
reordenación de los nuevos reglamentos de formación profesional pasa a ocupar
un primer plano la adquisición de la competencia de acción profesional”
(Tippelt y Amoros, 2000).
Perrenoud destaca que la
profesionalización del docente implica “incidir con fuerza en la
parte profesional de la formación, más allá del dominio de los contenidos que
hay que transmitir” (Perrenoud, 2004)
Es así como resulta
imprescindible que la docencia se ejerza con suma responsabilidad, ética
profesional y contando con las competencias necesarias para practicarla.
Dentro
de las dimensiones de la competencia del
profesor universitario están:
1. Dominio
de la asignatura: Información sobre los distintos aspectos de la
guía docente o programa de la asignatura
(objetivos, actividades, contenidos del temario, metodología, bibliografía,
sistema de evaluación,…)
2. Didáctico-técnica: Reducción o ampliación del
programa en función del nivel de conocimientos previos de los estudiantes.
3. Organización y presentación de las clases adecuada.
4. Concordancia entre los objetivos y
contenidos de la asignatura y de lo explicado en clase.
6. Relación entre los contenidos de las
materias.
7. Resolución de dudas al alumnado respecto
de los contenidos.
8. Fomento de la participación en clase y motivación
al alumnado.
9. Desarrollo de la capacidad de síntesis y
de razonamiento del alumnado.
10. Uso de metodologías para implicar
activamente a los estudiantes en el aprendizaje.
11. Claridad en la exposición, destacando los
contenidos más importantes.
12. Exposición de ejemplos en los que se pone
en práctica los contenidos de la asignatura.
13. Promoción del desarrollo en el alumno de
una actitud reflexiva.
14. Propuesta de actividades para favorecer
el aprendizaje autónomo (búsqueda de información complementaria, trabajos,
investigaciones, etc.)
15. Uso de un lenguaje claro e inteligible.
16. Reparar en la opinión de los estudiantes
en cuestiones relacionadas con el desarrollo de la docencia.
17. Motivador.
18. Trato afectuoso con sus alumnos/as.
19.Evaluacion de la enseñanza.
20. Resultados de aprendizaje o eficacia.
Conclusiones
“América Latina vive un momento de cambios en
la educación superior.
Es como si el impulso reformista de comienzos
del siglo XX, y luego,
de los años sesenta, se hubiese agotado y el
continente anduviese
ahora tras respuestas y soluciones para un
conjuntode nuevos problemas”.
(José Joaquín Brunner, 2000)
La importancia actual de las
competencias radica en la necesidad de cambio para enfrentar las nuevas
realidades de la sociedad actual. En estos nuevos y cambiantes contextos, las
competencias que los individuos necesitan para , la calidad y equidad que tanto
requiere la educación universitaria, en especial la de nuestro país, apela a
una formación idónea, que considere el dominio de competencias indispensables
para el desempeño satisfactorio en ambientes profesionales sometidos a cambios
permanentes, altamente exigentes y competitivos. Estas competencias necesarias
abordan por ejemplo las áreas de creatividad, preparación para el trabajo
autónomo, espíritu emprendedor, flexibilidad ante situaciones emergentes, la
actualización permanente, capacidad de trabajo en equipo, habilidades para
comunicarse efectivamente, entre otras. Así también, estas competencias se
exigen de parte de los formadores, quienes tienen a cargo dirigir los procesos
de enseñanza-aprendizaje y son los actores educativos que deben demostrar un
desempeño acorde a lo exigido a sus alumnos. Claramente, el currículo actual
debe ser sometido a evaluación constante para promover y generar estos cambios.
Bibliografía
Brunner, J. (2000). Educación superior
y desarrollo en el nuevo contexto latinoamericano. [versión
electrónica].
Corvalán, O. y Hawes, G.
(2005). Aplicación del Enfoque de Competencias en la construcción curricular de
la Universidad de Talca, [versión electrónica].
OECD (2005). The definition and selection of key
competencies: Executive summary. Paris, Francia: Autor.
Perrenoud, P. (2004).
Desarrollar la práctica reflexiva en el oficio de enseñar. Profesionalización y
razón pedagógica. Barcelona, España: GRAÓ.